Blog

Primer blog

02.05.2014 01:44


“Vía Palacé Junin hasta Villanueva”

UNA MIRADA DESDE LA GESTIÓN CULTURAL DE LO QUE ES PATRIMONIO

Inicié el recorrido en la carrera Palacé Junín encontrando  primero la iglesia de San Antonio por la parte de atrás donde se accede al mausoleo; su construcción en color gris permanece en buenas condiciones generales. En ese mismo sector en la vía que separa Palacé con Junín infortunadamente me desvié  hacia palacé sin darme cuenta que el recorrido debía ser por encima o sea por Junín. Tomé algunas fotografías y la cámara se descargó a mitad del recorrido; por lo tanto, no se encuentran muchas fotos, pero trataré de recrear cada lugar que visité. Seguida de la Iglesia San Antonio, le tomé fotos a la “Y” un lugar considerado de alta peligrosidad por la permanencia de indigentes en este lugar. Mi recorrido pues se salió un poco de la ruta escogida pero tuve la oportunidad de ver con ojos distintos estas calle conformadas en su gran mayoría por casas y pequeños edificios antiguos de no más de 5 pisos con sus primeras plantas completamente reformadas y adecuadas para establecimientos comerciales en especial empresas textiles, de herrajes y del cuero lo que enseña una particular forma de distribución comercial que obedece a una dinámica de mercado que históricamente fue considerada como actividad principal en el municipio de Medellín durante el siglo XX “la industria textil”; por el abandono de algunas propiedades se logra deducir también que la atención en el desarrollo de la ciudad ha tomado otros rumbos. Me encontré con algunos restaurantes desde los asaderos de pollos muy de una clase social popular, hasta los salones en segundos pisos con balcones  de corte clásico. Los pasajes comerciales que desencadenan en las siguientes calles llamativos por inspirar seguridad y por encontrarse una gran cantidad de almacenes con diversas actividades no tan pegadas a las tradiciones sino mas bien un poco pasados desapercibidos y con ninguna intención de ser íconos comerciales, algunos edificios viejos y abandonados se convierten en esculturas a la memoria de lo que un día fue y que posiblemente algún día vuelvan a mirar. Acercándome al edificio del Café  que tan solo alcanzó a ser el segundo más alto de Medellín y que tras él se esconde el emporio del mercado cafetero en época en que para Colombia el café era el producto eje de su economía y orgullo nacional; pero tanto el hecho de ser el segundo edifico más alto de Medellín como el hecho de que el comercio del café halla caído vertiginosamente dejando en la quiebra a muchas familias campesinas de nuestro país; esto hace invisible la historia que circunda el lugar. Unos pasos mas adelante el panorama se torna más alentador en términos generales; en sentido estético el edificio del banco de la república tiene bellos jardines, fuentes llamativas y la muy conocida gorda del parque berrío, reposo del museo filatélico “La Colección filatélica tiene como objetivo la conservación y difusión del patrimonio cultural colombiano en el campo de la historia filatélica y postal del país”1 https://www.banrepcultural.org/medellin/espacios Desde una mirada política, el edificio es símbolo de la riqueza de la nación en el mercado financiero que regula la economía del país, al acercarse a sus puertas, uno se imagina las bóvedas con lingotes de oro que representan todo el dinero que circula en el país, bóvedas de esas que sólo se ven en películas, de inmediato se siente preocupación por la seguridad que debe de tener el lugar para evitar que tan codiciado metal sea robado; es probable que quienes cotidianamente habitan el lugar, hayan perdido el interés por saber qué hay adentro o quiénes entran y salen del edificio. A pesar que en una de sus entradas dice “compra de oro”, la realidad es que la moneda hoy en día no se representa en oro sino en inversiones en  el mercado mundial y en la bolsa de valores entonces resulta paradójico pensar que el dinero colombiano sigue siendo llamado pesos oro cuando ya todo se vuelve simbólico en el sentido literal pues pesan más $100 que un billete de $1.000 , esto indica que la estabilidad de un mercado está en la especulación, en el imaginario que sostiene el mismo mercado y en este sentido la cultura termina siendo el pilar de la economía.

Volviendo la mirada a nuestra gorda y sus alrededores, viene a la memoria aquella época un tanto más reciente en la ciudad, cuando no existía ni el éxito de San Antonio ni el parque tal como lo vemos hoy, cuando se reunían las comunidades negras especialmente en día domingo a conversar, a reírse, a ser ellos mismos sin tantas restricciones que se imponen en sus trabajos. Recuerdo cuando mi padre de niña me llevaba por ahí y sin entender porqué, descubría que algo era diferente y no sólo era el color de sus pieles, era el territorio dotado de sentido. Durante mi recorrido observé a los visitantes del lugar como individuos un tanto furtivos y desentendidos del lugar que permanecían resguardándose a la sombra mientras reposaban sentados. La gorda estaba sola, seguramente tantos gordo en el parque Botero,  la desplazaron un poco, pero es y seguirá siendo la primera, no dejará de ser un punto de encuentro y un referente de ciudad.

Al atravesar la calle, encuentro el monumento “desafío de las razas” que en su manuscrito, ni siquiera está el nombre del autor sino que dice la placa “obra donada por el banco de la república”. El estilo de esta obra es típica del maestro Rodrigo Arenas Betancur, aquí cave cabe preguntarse ¿qué tanto la ciudadanía lo reconoce?

Sobre la misma acera de la estatua, me encuentro con un portón dorado gigante “la antigua bolsa de valores de Medellín”  hoy el pasaje comercial la bolsa y a la postre un para de mendigos reposando. En la parte superior de la portada, está el escudo de Colombia en alto relieve mostrando el cóndor con tanta imponencia que inspira orgullo patrio. Continúo con la placa de inscripción a un costado de la iglesia de la candelaria en homenajea a los 300 años de constituida Medellín.

La iglesia la candelaria adorna el lugar  con su manto blanco de pintura y sus coloniales puertas, fue la primera parroquia  de la ciudad La Basílica se encuentra localizada en el barrio "La Candelaria" (el cual toma su nombre del templo), al costado oriental del Parque de Berrío, corazón geográfico, centro fundacional de la ciudad, donde los antioqueños han confluido por generaciones como uno de los principal lugares de encuentro. Dicho parque es el punto de partida de la trama vial y sitio de referencia de la nomenclatura de la ciudad. En el costado sur-oriental del Parque, se cruza la calle 50 (Colombia) con la carrera 50 (Palacé), nombradas así para honrar la Batalla de Palacé, (28 de marzo de 1811), primera contienda por la Independencia de Colombia.2 https://es.wikipedia.org/wiki/Bas%C3%ADlica_Menor_de_Nuestra_Se%C3%B1ora_de_la_Candelaria

En el centro del parque encuentro la estatua de Pedro Justo Berrío  y con él vuelve a la escena el asunto de las finanzas pues él fue el creador del primer “banco autóctono del país, el Banco de Antioquia”3https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Justo_Berr%C3%ADo.Su escultura esta encerrada con un pasamanos de hierro y una barra en cemento alrededor en donde se sientan muchas personas entre comerciantes y transeúntes a disfrutar del parque, allí el ambiente es tranquilo y muy acogedor al menos a esa hora con el sol del atardecer y el cielo despejado.

A los costados del parque hay unas estructuras instaladas por el metro de Medellín con dibujos abstractos tomadas de la cultura Quimbaya quienes la utilizaban en rodillos para pintar sus cuerpos y sus telas; esa es la historia oficial porque detrás de toda comunidad hay prácticas que tiene un significado importante en la conformación cultural y dado que esas culturas fueron en su gran mayoría arrebatadas de sus territorios en la época de la colonización, es difícil describirlas con exactitud pero es excelente apreciarlas salvo por lo deterioradas que están debido a manos indelicadas que las han ido destruyendo.

No podía continuar mi camino sin echarle un vistazo a los murales de Pedro Nel Gómez Patrimonio de Medellín que narra las historia de nuestro pueblo sino que revela un acierto en la conservación de estas obras  que estuvieron en peligro de ser destruidas por ignorancia y es que tan importante es difundir nuestra cultura como conservarla, apreciarla y valorarla pero todo eso en un trabajo continuo de gestión cultural.

Retomé mi camino hasta que llegué al Hotel Nutivara , lugar donde rememoran nuestras raíces indígenas, que desde su nombre que “deriva de un cacique que habitó la región, y el nombre de seis de los salones del hotel están relacionados con pueblos amerindios: BochicaTayrona,QuimbayaKatíoBachué y Nutabe”4 https://es.wikipedia.org/wiki/Hotel_Nutibara

Hasta su ubicación en el centro histórico, nos recuerda hacia dónde se debe de apuntar la mirada “hacia el valor de nuestra propia cultura”. Considero como gestora que quienes iniciaron esta obra, fueron visionarios y conocieron la necesidad de fortalecer la cultura enseñando a extranjeros y a todos sus huéspedes las bondades de este país.

Importándome poco el tiempo, no pude dejar de echar un vistazo al parque botero, a algunas esculturas y al palacio de la cultura que anteriormente era la gobernación de Antioquia, todo este conjunto de veleidades que se han ido transformando pensadas para enriquecer el patrimonio nacional del que la gente termina apropiarse permitiendo así una continuidad en el tiempo y una procura por el cuidado y conservación.

 Me devuelvo hacia el camino originalmente trazado encontrándome ya con otro tipo de dinámicas comerciales, los hoteles, las instituciones y un poco más adelante, algunas casas residenciales antiguas y un poco descuidadas en este trayecto que pareciera ser un tanto menos interesante, fotografié el edificio de la Institución Universitaria de las Américas anteriormente el Hotel Ambásador lugar en donde celebré mi boda hace 15 años y llegan a mi mente una cantidad de historias que se construyen por doquier entendiendo que el valor de los objetos, lugares y acontecimientos hacen parte del patrimonio de cada cual, me queda el aprendizaje de que cuando tengamos que intervenir en un espacio, lugar o territorio determinado, debemos indispensablemente entender su simbología para cada comunidad.

Finalmente llego al Parque de Bolívar, algo cansada y temerosa al encontrarme a un grupo de jóvenes no muy confiable y emprendo mi camino de regreso a casa no sin antes deleitarme visitando la catedral metropolitana un culto a la ostentación, a lo divino y al poderío de la iglesia que aquí se hace más que presente.

Pasado todo el recorrido me queda confirmar como cierta y vivida la experiencia, la siguiente cita sobre lo que es patrimonio y su valor:

 “En síntesis, el patrimonio está conformado por bienes y valores, es decir, por realidades valiosas, reconocidas y apreciadas, sean de carácter material o inmaterial. Los valores en sí no son realidades materiales; son ante todo significados sociales compartidos, símbolos que orientan la acción de los individuos y las colectividades, en la medida en que se consideren vigentes o válidos. Dicho de otro modo, los valores no son inmutables. Cambian como cambian la sociedad y la cultura.”

Elementos: 1 - 1 de 1